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Educación para la ruptura de España y vías para detener este proyecto destructivo socialfascista

la Crítica necesaria.Materialismo Filosófico y Educación para la Ciudadanía…Española

Marzo 15, 2009

educación en la tolerancia para la ciudadanía idotizada


El diario El Mundo publica la noticia de una conferencia impartida por el filósofo Gustavo Bueno en Sevilla a raíz de la sentencia judicial CITA DE PARTE DEL TEXTO DE BUENO SOBRE ELLO el verdadero significado de la interpretación gubernamental del fallo (y de la sentencia) del Tribunal Supremo no lo ponemos en la satisfacción psicológica que una ministra de educación o el mismo presidente de su gobierno experimentaron al querer ver cómo los objetores de conciencia habían quedado desautorizados. Lo verdaderamente significativo, desde nuestro punto de vista, lo ponemos en la identificación entre la denominación o definición de la asignatura, «educación para la ciudadanía», y los contenidos que ella pretende envolver. Identificación que se hace visible por el hecho de que tanto la ministra de educación como la vicepresidenta o el presidente del Gobierno se congratularon de que un Tribunal Supremo hubiese «desactivado» a los objetores de conciencia ante la asignatura «Educación para la ciudadanía», tomada en bloque, es decir, sin distinguir en absoluto, por tanto, confundiendo, el enunciado general del proyecto (un proyecto tan indefinido como el propio término ciudadanía) y determinados contenidos incluidos de hecho en los programas de tal asignatura, contenidos de naturaleza filosófica, ética o moral, relativos a la eutanasia, al aborto, a los matrimonios homosexuales, al laicismo, &c. Es decir, lo significativo de la reacción del Gobierno y de su partido y aliados ante el fallo y sentencia del Supremo lo hacemos consistir en la indistinción (o confusión) entre la definición por ellos asumida de una educación para la ciudadanía y los contenidos de índole doctrinal (de ahí sin duda la expresión «adoctrinamiento» que aparece en la sentencia) que en ella el Gobierno hace figurar, de un modo que considera infalible en un Estado de Derecho

que obliga a que los estudiantes cursen sin derecho a objetar la nueva asignatura Educación para la ciudadanía.Se tiene libre acceso a la conferencia en la página de la revista El Catoblepas de marzo 2009
Me parece muy importante resaltar uno de los datos y argumentos destacados en la conferencia del profesor Bueno, a saber: el componente psicologista de quienes defienden que esta asignatura quede como lo que es : pongo esta cita de la conferencia de Bueno a continuación
. El proyecto de una «educación para la ciudadanía» es constitutivamente confusionario cuando el concepto de ciudadanía se utiliza como concepto sincategoremático, es decir, como característica de una función de la que no se dan parámetros ni valores, sino que se evitan deliberadamente (pues no es fácil pensar que esta evitación pueda deberse a una mera ingenuidad infantil). Es imposible proponernos este concepto indefinido como objetivo de algún proyecto positivo, ni siquiera en el terreno pedagógico. En torno a él sólo caben proyectos confusos que mezclan dominios muy diversos que lo confunde todo, para fingir (o todavía peor: para creer) que el objetivo se desarrolla con contenidos propios.

En realidad, los contenidos, incluso los éticos, de esos derechos humanos, ni siquiera se derivan de la idea de hombre, sino de los grupos de individuos humanos que, a través de los siglos, prehistóricos e históricos, han ido singularizando a los hombres como elementos pertenecientes a tribus, poblaciones, culturas o ciudades diversas, que están siempre presupuestas en la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Cuando en esta Declaración se asegura que los derechos humanos se mantienen con independencia de la lengua, ¿se sugiere que fuera posible hablar de hombres alalos? Porque un animal que no habla, aunque proceda por operaciones raciomorfas, no es un ser humano. Luego la abstracción de las lenguas, postulada en la Declaración de Derechos Humanos, se refiere a las diversas lenguas particulares, respecto de otras. Lo que se quiere decir acaso es que los hombres tienen derechos fundamentales no con independencia de las lenguas (con independencia de su condición de homo loquens), sino con independencia de una lengua cualquiera en especial, pero sin que esto signifique que el hombre pueda ser sujeto de derechos anteriormente a la adquisición de un lenguaje
La visión subjetiva e indefinida de los contenidos se acopla a la perfección con lo que se oferta en primer curso de bachillerato en la optativa de psicología: visión del mundo filtrada y tamizada por la red de lo que se define vaga y confusamente como posmodernidad. El libro editado por McGraw Hill es un excelente ejemplo de esto, ya que en el único apéndice ,de dos páginas al final del libro de texto se contraponen el modelo moderno de análisis, que pasaba por el uso de la geometría, y el modelo posmoderno que pasa por la relativización completamente subjetivizada de los problemas sociales, éticos, morales…y políticos…
CITA DE
LA CONFERENCIA
Por ello el proyecto es confusionario, porque confunde de hecho los valores más opuestos, e incompatibles que juegan precisamente en el terreno histórico político, y por ello la única opción que le queda al proyectista es huir del terreno histórico político en el cual existen las ciudades, los ciudadanos y la ciudadanía, para refugiarse en el terreno metafísico, ahistórico y atemporal denominado «género humano», o bien «hombre y derechos humanos», como si estos tuviesen contenidos prácticos al margen de la ciudad nacional y no necesariamente a través de ella. Esta es la razón por la cual, como contenidos del proyecto educación para la ciudadanía se consideran objetivos que tienen que ver con la educación del «hombre», no del «ciudadano», en el sentido de la ética, y fingiendo que la ética puede desempeñar los oficios de la política. Pero ocurre que una ética intemporal y ahistórica, como lo es la ética de los derechos humanos, es igualmente vacía y puramente formal, por más que esté disimulada con abundante retórica. Es una ética que elude plantear los problemas reales (los conflictos, las guerras, las incompatibilidades entre intereses) y no porque lo resuelva, sino porque los da por resueltos en el terreno de la práctica política, que es en donde se dirimen las cuestiones de la ciudadanía. Unos ejemplos concretos:
lA MANERA DE CRITICAR EL PROYECTO DE UNA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA TAL Y COMO LA QUE EL PARTIDO POLÍTICO QUE LA SACA A LA PALESTRA COMO SOLUCIÓN A TODOS LOS PROBLEMAS DE NUESTRAS SOCIEDADES, EN PLAN IDEALISTA, LLENO DE IDEOLOGÍA SOCIALDEMÓCRATA ES LA SIGUIENTE…conceptos como solidaridad, pacifismo, tolerancia y convivencia deben ser triturados dialécticamente si no se quiere seguir por la vía errada que ni los miembros del Tribunal Supremo han sido capaces de entender, como se plantea en la primera fase de la conferencia de Gustavo Bueno. Y esto es algo de una relevancia social y política, para los ciudadanos de España, que solamente el proceso de la propia Historia ha de mostrar ,de no hacerse algo para que desde esta distinción entre filosofía, administrada, y la filosofía independiente(respecto del Estado democrático de Derecho)
SOBRE
LA CONVIVENCIA
La convivencia, presentada en muchos manuales como uno de los contenidos primordiales de la educación para la ciudadanía. Pero la convivencia es un concepto demasiado vago, y que está pensado como si estuviera referido a una sociedad ideal cuyos individuos se definieran en términos puramente psicológicos: unos individuos que simplemente desean mantenerse en contacto con los demás, en paz y en armonía. Ahora bien, la convivencia efectiva no tiene nada que ver con esto. Ante todo se puede convivir de un modo polémico y no pacífico. Además, para convivir en la ciudad hace falta hablar un idioma común –por eso la convivencia ciudadana de un salmantino es incompatible con la convivencia ciudadana de un individuo que hable euskera y que no sepa hablar otro idioma– y en todo caso la convivencia efectiva no es sólo cuestión de voluntad o de buenos deseos, sino de convergencia de intereses compatibles, lo que implica una distribución adecuada de bienes, propiedades y servicios que no se pueden dar por supuestos, puesto que el problema estriba en su redistribución
LA NO VIOLENCIA
La no violencia es otro de los contenidos más subrayados en la educación de la ciudadanía, de ahí la condena a la guerra en nombre de un pacifismo panfilista. Se supone que la guerra es el mal, y que brota de la naturaleza ineducada de algunos individuos, y que siempre ha sido así. Si fueran coherentes los programadores de la educación para la ciudadanía debieran recomendar vaciar todas las esculturas o pinturas de los museos de arte, las estatuas ecuestres de los héroes, en tanto que implican una exaltación de la guerra o de la victoria. Pero esta interpretación de la guerra equivale a eludir el análisis de las causas políticas de la guerra, circunscribiendo estas causas de un modo infantil, a mecanismos psicológicos, susceptibles de ser modificados por la educación, y diagnosticándolos simplemente como falta de educación cívica en la no violencia. La educación para la ciudadanía establece así una alianza entre una filosofía pacifista empeñada en poner como causa de la guerra o de la violencia a factores psicológicos (la codicia, la ambición, la locura, la mala educación), factores que serían controlados en todo caso por una buena educación ciudadana. De este modo la educación para la ciudadanía se convierte en cómplice de la ignorancia de los ciudadanos acerca de asuntos fundamentales, e induce a los ciudadanos a creer, que en caso de conflicto armado, el ciudadano educado sólo podría mantener su pureza ética, sin necesidad de mancharse las manos, como objetor de conciencia ante el servicio de armas, dejando que un ejército mercenario, pero no un ejército de ciudadanos, saque las castañas del fuego al ciudadano pacifista educado en la «ciudadanía» que quiere mantenerse dentro de su exquisita educación ciudadana.
LA TOLERANCIA
La tolerancia es otro de los contenidos más valorados en los programas de educación para la ciudadanía. Pero al margen de que se olvida que «tolerar es ofender», con esta predicación lo que se hace es eludir, y no sólo en el aula, los problemas reales sobre las fronteras de la tolerancia en cada caso. ¿Puedo tolerar el velo, el burka, la cliteroctomía, la poligamia, la kale borroka, el vudú, el culto a Satán, el exorcismo, el creacionismo o la teoría del diseño inteligente en nombre de la tolerancia? ¿Debo tolerar que un alumno en nombre de su libertad de pensamiento pueda afirmar que el teorema de Pitágoras de la geometría euclidiana es erróneo? La educación en la tolerancia es inútil en el momento de tener que tomar decisiones intolerantes pero necesarias. Desde el punto de vista práctico la educación en la tolerancia es sólo una huída cobarde de la realidad
SOBRE
LA SOLIDARIDAD
Por último, nos referiremos a la solidaridad como uno de los valores más estimados por quienes programan la educación de la ciudadanía. De la solidaridad se deduce, por ejemplo, una política de puertas abiertas para cualquier inmigrante que acceda a la ciudad. Ahora bien, hablar de la solidaridad sin parámetros es sólo hablar por hablar a niños, porque la solidaridad es también un concepto sincategoremático, que requiere parámetros. Hay solidaridades indeseables, o en todo caso incompatibles entre sí y con la propia existencia de la ciudad, de la Nación política. Desde este punto de vista suponer que la educación en los valores solidarios resuelve los problemas de la inmigración no es sino un procedimiento hipócrita amparado en la mala fe que consiste en predicar la abstención de la toma de decisiones, encomendando a otros que las tomen en su lugar, a fin de mantener su propia pureza ética de ciudadano indefinido


Para terminar, quisiera destacar tres cuestiones fundamentales que esta conferencia abre:
la cuestión del fundamentalismo que impregna todo el proyecto de educación para la Ciudadanía democrática
Fundamentalismo sobre lo que es la democracia…realmente existente en España
Fundamentalismo científico, en el que se basa el supuesto contenido científico por ejemplo de la visión de la sociedad desde las posiciones psicológico emotivistas en boga…en que se vende como ciencia lo que como mucho podrían ser un especie de técnicas de tipo terapias de grupo para adolescentes
Fundamentalismo cultural…del que El mito de la cultura , libro imprescindible de Bueno y en la misma conferencia, se da buena cuenta filosófica crítica materialista, no tipo ideología de la filosofía administrada vía socialdemoccracia

 

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